Estimados lectores:
El 24 de febrero de 2022, fuimos muchos los que contuvimos el aliento. El mundo miraba a Europa, una parte del mundo donde la paz era casi incuestionable y la autodeterminación de los pueblos parecía garantizada. Con su guerra de agresión, Rusia dañó esta imagen e infringió el derecho internacional. Desde entonces, no ha dejado de perpetrar actos de violencia contra el pueblo ucraniano. Los informes de ciudades como Bucha, en abril de 2022, documentan esta violación de derechos humanos a gran escala. Los crímenes cometidos, como la privación de servicios esenciales básicos o la destrucción de infraestructuras civiles, deben tener consecuencias rotundas que deben ser impuestas por la comunidad internacional.
En abril, Gerhart R. Baum y yo presentamos una extensa denuncia penal ante la Fiscalía Federal alemana de Karlsruhe con pruebas contundentes contra varios miembros del Consejo de Seguridad ruso y los responsables de las estructuras de mando del ejército ruso por crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra. Es hora de defender el derecho penal internacional frente a estas violaciones inimaginables. La respuesta debe ser categórica y tiene que ir acompañada de investigaciones exhaustivas y del procesamiento de los agresores y autores de esta enorme violación del derecho internacional. La guerra en Ucrania no es el único reto que tenemos delante en materia de derechos humanos.
El presente informe ofrece impresiones sobre la defensa liberal de los derechos humanos que llevó a cabo la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad en 2022. Velar por el respeto y el ejercicio de los derechos humanos puede ser una tarea incómoda, larga y peligrosa. Son muchos los países donde las personas sufren graves violaciones de los derechos humanos en su vida cotidiana: sufren discriminación, opresión, incertidumbre y miedo. En muchos de ellos, como Venezuela, la calidad de la educación escolar es deficiente. En Sudáfrica, los que se atreven a denunciar injusticias se juegan la vida para brindar información a los demócratas. En el Líbano, los miembros de la comunidad LGBTQI+ son condenados y marginados. Las mujeres se casan obligadas, no pueden expresar su opinión libremente y su vida social es objeto de discriminación deliberada.
La Fundación Friedrich Naumann para la Libertad ha establecido el objetivo no solo de reivindicar los derechos humanos, sino de trabajar intensamente para ejercerlos y defenderlos. Con este fin, la Fundación apoya los proyectos que llevan a cabo diferentes ONG y activistas de derechos humanos en más de sesenta países. Algunos de estos proyectos son festivales de arte y de cine que fomentan el debate sobre libertad y prejuicios, también hay campañas sobre cómo denunciar injusticias de forma segura, talleres sobre protección internacional de los derechos humanos y programas de empoderamiento de mujeres y niñas. Nuestro trabajo en materia de derechos humanos tiene por objeto educar a personas y grupos para que conozcan sus derechos, así como ofrecer formación a los defensores de tales derechos. Es necesario que haya más defensores de derechos humanos empoderados para que sepan defender su derecho a la libertad y a la justicia, aun en circunstancias difíciles, como suele ser el caso.
"La libertad no es gratis [...]. Si nos quedamos en silencio, desaparecemos lentamente, sin dignidad. Si alzamos la voz, al menos sabemos que hemos luchado contra la opresión". Así lo expresa Masih Alinejad. Esta periodista iraní-estadounidense dedica su vida a luchar por la libertad y por un futuro mejor. Consideramos que es nuestro deber apoyarla, a ella y a otros defensores de los derechos humanos, de la mejor manera posible.
Es mi deseo que este informe les dé nuevas perspectivas y motivaciones para trabajar en la defensa de los derechos humanos.
Atentamente,
Sabine Leutheusser-Schnarrenberger
Vicepresidenta del consejo directivo de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad y ex ministra de Justicia de Alemania
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