El curso de verano, de cuatro días de duración, estaba dirigida a jóvenes profesionales de Europa y del exterior. Se recibieron más de 500 solicitudes, una demanda abrumadora. Los 20 participantes seleccionados procedían de Georgia, Grecia, Bulgaria, Líbano, Hungría, España, Siria, Italia, Polonia, Bosnia y Herzegovina y Turquía. Entre ellos había estudiantes o doctorandos, abogados especializados en refugiados, trabajadores de ONG y personas que habían sido refugiadas. Compartir el curso los ayudó a ampliar conocimientos sobre los derechos humanos universales y el derecho internacional de los refugiados. Aprendieron sobre la gestión migratoria de las Naciones Unidas y la situación de los refugiados en Turquía.

Se debatieron con gran nivel de compromiso temas urgentes, como el rechazo de refugiados en la frontera externa de la UE o la seguridad de los vuelos. Los participantes aprovecharon la oportunidad para hablar con los numerosos ponentes y aprender de las experiencias de primera mano que ofrecían los expertos en migración. Durante las ponencias, los trabajos en grupo y las sesiones de preguntas y respuestas, aportaron sus propios conocimientos y experiencias, lo que enriqueció el debate con diversas perspectivas nacionales. Por último, pero no menos importante, los participantes ampliaron su red de contactos e incorporaron profesionales de otros países que también están comprometidos con criterios basados en los derechos humanos para encarar el tema de los refugiados y la migración.